El testimonio de la canción de Moisés

por Mar 25, 2015Artículos, Jacob Stone, Recursos

El testimonio profético de la canción de Moisés (Deuteronomio 32)

Después de presentar toda la Ley y el Pacto a Israel en la tierra de Moab (incluyendo las serias consecuencias de las bendiciones y maldiciones), se le da a Moisés una «canción profética». Esta canción sería un testimonio contra Israel (y todas sus generaciones futuras), y una profecía acerca de todo el plan redentor de Dios para la nación rebelde—aunque elegida. ¡Desde su violación del pacto y su futuro exilio de la tierra, hasta su redención y salvación por parte del Señor en los últimos días, Dios le anuncia a Israel «el fin desde el principio», y enfatiza el hecho de que solo El es «el Señor Dios, y no hay otro»! Este «testimonio profético cantado» dado a Moisés aún antes de que Israel entrara a la tierra prometida es fundamental para entender el testimonio profético de todos los profetas de Israel.

Instrucción: La tabla a continuación fue creada como una herramienta para la lectura y estudio de las palabras de los profetas para ayudarnos a ver cuan fundamental es «la Canción de Moisés» en cuanto al testimonio profético. Utilice la columna vacía para escribir las referencias de los profetas que están basadas en las varias porciones de la Canción (antes de utilizar la tabla lea y relea la Canción de Moisés, para familiarizarse con ese testimonio antes de considerar el mensaje de los profetas de Israel):

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La Canción de Moisés

Comentario/Explicación

Referencias en los Profetas

“Presten atención, oh cielos, y déjenme hablar; Y oiga la tierra las palabras de mi boca. Caiga como la lluvia mi enseñanza, Y destile como el rocío mi discurso, Como llovizna sobre el verde prado Y como aguacero sobre la hierba.” (32:1–2)Un llamado a todo en los cielos (incluyendo principados y potestades) y en la tierra a testificar y a rendir cuentas basado en lo que ha sido declarado.
Porque yo proclamo el nombre del Señor; Atribuyan grandeza a nuestro Dios. ¡La Roca! Su obra es perfecta, Porque todos Sus caminos son justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, Justo y recto es El.” (32:3–4)¡La proclamación de los tratos de Dios con Israel basados en el pacto (la canción de Moisés) declara el nombre mismo de Dios! Sus actos lo declaran a El como perfecto, recto, fiel, justo e íntegro.
En forma pervertida se han portado con El. No son Sus hijos, debido a los defectos de ellos; Son una generación perversa y torcida. ¿Así pagan ustedes al Señor, Oh pueblo insensato e ignorante? ¿No es El tu Padre que te compró? El te hizo y te estableció.” (32:5–6)Aunque el Señor fue su padre, y los escogió de entre todas las naciones para que fueran Su hijo y Su herencia escogida, no caminaron conforme a ese llamado.
Acuérdate de los días pasados; Considera los años de todas las generaciones. Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber; A tus ancianos, y ellos te lo dirán. Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, Cuando separó los hijos del hombre, Fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel. Pues la porción del Señor es Su pueblo; Jacob es la parte de Su heredad. Lo encontró en tierra desierta, En la horrenda soledad de un desierto; Lo rodeó, cuidó de él, Lo guardó como a la niña de Sus ojos. Como un águila que despierta su nidada, Que revolotea sobre sus polluelos, Extendió Sus alas y los tomó, Los llevó sobre Su plumaje. El Señor solo lo guió, Y con él no hubo dios extranjero. Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, Y comió el producto del campo; Le hizo gustar miel de la peña, Y aceite del pedernal, Cuajada de vacas y leche de ovejas, Con grasa de corderos, Y carneros de raza de Basán y machos cabríos, Con lo mejor del trigo; De la sangre de uvas bebiste vino.” (32:7–14)Un llamado a contar (recordar) la inmensa bondad del Señor hacia Israel.
Pero Jesurún (Israel) engordó y dio coces (has engordado, estás cebado y rollizo); Entonces abandonó a Dios que lo hizo, Y despreció a la Roca de su salvación. Lo provocaron a celos con dioses extraños, Con abominaciones Lo provocaron a ira. Ofrecieron sacrificios a demonios, no a Dios, A dioses que no habían conocido, Dioses nuevos que vinieron recientemente, A los que los padres de ustedes no temieron. Despreciaste a la Roca que te engendró, Y olvidaste al Dios que te dio a luz.” (32:15–18)En su prosperidad, Israel se olvidó del Señor para adorar a los dioses de las naciones, provocándolo a celosa ira.
Y el Señor vio esto, y se llenó de ira A causa de la provocación de Sus hijos y de Sus hijas. Entonces El dijo: ‘Esconderé de ellos Mi rostro, Veré cuál será su fin; Porque son una generación perversa, Hijos en los cuales no hay fidelidad.” (32:19–20)El Señor rechaza a Israel y «esconde Su rostro de ellos.» En lugar de las bendiciones del pacto, Dios envía ahora sobre Israel las maldiciones del pacto. (Ver Deut. 28)
Ellos Me han provocado a celo con lo que no es Dios; Me han irritado con sus ídolos. Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo; Los irritaré con una nación insensata. Porque fuego se ha encendido en Mi ira, Que quema hasta las profundidades del Seol, Consume la tierra con su fruto, e incendia los fundamentos de los montes.” (32:21–22)El Señor (quien es un «fuego consumidor, un Dios celoso») prosperará y bendecirá a las otras naciones en lugar de Israel a fin de provocar a Israel a celos e ira.
Amontonaré calamidades sobre ellos, Emplearé en ellos Mis flechas. Serán debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga Y destrucción amarga; Dientes de fieras enviaré sobre ellos, Con veneno de serpientes que se arrastran en el polvo. Afuera traerá duelo la espada, Y dentro el terror, Tanto al joven como a la virgen, Al niño de pecho como al hombre encanecido.” (32:23–25)El Señor envía sobre Israel las maldiciones del pacto prometidas en la Ley.
Yo hubiera dicho: “Los haré pedazos, Borraré la memoria de ellos de entre los hombres,” Si no hubiera temido la provocación del enemigo, No sea que entendieran mal sus adversarios, No sea que dijeran: “Nuestra mano ha triunfado, Y no es el Señor el que ha hecho todo esto.” ’ “Porque son una nación privada de consejo, Y no hay en ellos inteligencia. Ojalá que fueran sabios, que comprendieran esto, Que comprendieran su futuro. ¿Cómo es que uno puede perseguir a mil, Y dos hacer huir a diez mil, Si su Roca no los hubiera vendido, Y el Señor no los hubiera entregado? En verdad, su roca no es como nuestra Roca; Aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan. Porque la vid de ellos es de la vid de Sodoma Y de los campos de Gomorra; Sus uvas son uvas venenosas, Sus racimos, amargos. Su vino es veneno de serpientes, Y ponzoña mortal de cobras.” (32:26–33)El Señor no destruirá a Israel completamente, ya que las naciones se harían arrogantes y lo malentenderían, creyendo que fue su propia fuerza la que destruyó a Israel en lugar de los santos tratos de Dios conforme al pacto.
‘¿No tengo Yo esto guardado conmigo, Sellado en Mis tesoros? Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo el pie de ellos resbalará, Porque el día de su calamidad está cerca, Ya se apresura lo que les está preparado.’” (32:34–35)¡El Señor tratará también con la arrogancia y el pecado de las naciones gentiles! Viene un día de venganza contra todas las naciones que buscan destruir a Israel.
“Porque el Señor vindicará a Su pueblo Y tendrá compasión de Sus siervos, Cuando vea que su fuerza se ha ido, Y que nadie queda, ni siervo ni libre.” (32:36)El Señor vindicará a Israel y la mirará con compasión cuando «su fuerza se haya ido».
Entonces El dirá: ‘¿Dónde están sus dioses, La roca en que buscaban refugio, Que comían la grasa de sus sacrificios, Y bebían el vino de su libación? ¡Que se levanten y los ayuden! ¡Que sean ellos su refugio! Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano.” (32:37–39)Dios le hará una declaración a Israel en contra de los dioses falsos que ella ha buscado, de que «solo El es el Soberano Señor, el Dios de toda la creación».
Ciertamente, alzo a los cielos Mi mano, Y digo: Como que vivo Yo para siempre, Cuando afile Mi espada flameante Y Mi mano empuñe la justicia, Me vengaré de Mis adversarios Y daré el pago a los que Me aborrecen. Embriagaré Mis flechas con sangre, Y Mi espada se hartará de carne, De sangre de muertos y cautivos, De los jefes de larga cabellera del enemigo.’” (32:40–42)El Señor seguramente tendrá un día de recompensa para todas las naciones que hacen guerra contra Su pueblo.
Regocíjense, naciones, con Su pueblo, Porque El vengará la sangre de Sus siervos; Traerá venganza sobre Sus adversarios, Y hará expiación por Su tierra y Su pueblo.”” (32:43)El Señor llama a las naciones a regocijarse en el cumplimiento de Israel porque El la limpiará de sus pecados y cumplirá Sus promesas a los padres.

Jacob Stone

Autor

Jacob ha estado viajando al Medio Oriente como misionero desde el 2008. Actualmente se encuentra en Asia sirviendo al Señor y Sus propósitos para con las ovejas dispersas de la casa de Israel. El deseo de su corazón es adiestrar y movilizar al cuerpo de Cristo en misiones apostólicas con entendimiento de los propósitos de Dios acerca de Israel y las naciones a su alrededor en estos últimos días. Pueden visitar su sitio web www.fzsmissions.org.