No me avergüenzo
Mientras enseñaba recientemente me quedé atónito una vez más al tomar en cuenta cuan contrario es el testimonio apostólico a la opinión moderna. Como se muestra a continuación, los apóstoles enfatizaron el fundamento creacional de la historia de la redención (Rom. 5; 1 Cor. 15), la continuidad de los tratos de Dios con el pueblo judío a base del pacto (Hch. 1:6; Rom. 11), el carácter cruciforme («en forma de cruz») tanto de Dios como de este siglo (Rom. 5:8; Heb. 9:28), el don del Espíritu Santo que confirma el camino a la vida eterna (Hch. 2:38; Tito 3:5), y la culminación apocalíptica de la historia en el día del Señor, cuando Dios restaurará todas las cosas y creará cielos nuevos y una tierra nueva (Hch. 3:21; 2 Pedro 3).
Sin embargo, en todos estos puntos, sobre todo en el mundo académico, el testimonio apostólico es con frecuencia socavado. Hay una acusación generalizada en contra de la historicidad de Génesis. Algunos tratan de disminuir la humillación del mensaje tan directo de la Biblia al re-interpretarlo espiritualmente. Otros simplemente no creen, concluyendo que ésta se generó como resultado de una cosmovisión primitiva y mítica. Sin embargo, aquellos de nosotros que nos hemos encontrado con el Dios vivo, creemos que el mensaje de la Biblia y el testimonio de los apóstoles son absolutamente verdaderos. No nos avergonzamos, porque tememos a Dios.
“Por tanto, todo el que Me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos. “Pero cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de Mi Padre que está en los cielos. (Mateo 10:32–33)

John Harrigan
Autor
John es un plantador de iglesias y misiólogo que vive en Columbia, SC con su esposa Lydia y sus cuatro hijos. El viaja y enseña acerca de la Cruz, la gran comisión y el regreso de Jesús. Su sitio web es gospelofchristcrucified.com.