Palabrerías profanas
Santas son las visiones de los profetas. Dios habló y se reveló a los profetas, y Su autorrevelación está ligada a Su visión para el futuro. Es por eso que El se llama a sí mismo «el Dios de Israel» en más de 300 ocasiones. Es la restauración del reino a Israel (Hch. 1:6) lo que en esencia define el mensaje de los profetas. Dios vendrá en Su Día (Isa. 13:6; Joel 2:1), y El hará cielos nuevos y una tierra nueva (Isa. 65:17). El levantará a los muertos (Dan. 12:2) y los juzgará por medio de Su Mesías escogido (Sal. 2; 110), quien es el Rey de Israel (Jer. 23:5). Su gloria será sin precedentes (Dan. 7:27), y las naciones recibirán de El bendición y vida eterna (Isa. 11:10; Zac. 14:9).
Cuando Jesús se refirió a «la ciudad del gran rey» (Mat. 5:35), y cuando dijo que Sus discípulos se sentarían en tronos «juzgando a las doce tribus de Israel» (Mat. 19:28; Lc. 22:30), era eso lo que tenía en mente. Por eso les enseño a orar a Sus discípulos, «Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre. ‘Venga Tu reino. Hágase Tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.» (Mat. 6:9-10) El reino mesiánico judío es la voluntad de Dios. Es santo.
Desafortunadamente, hombres perversos propagaron ideas profanas en la iglesia primitiva—que el Día del Señor ya había venido espiritualmente (2 Tes. 2:2), que la resurrección ya había ocurrido espiritualmente (1 Cor. 4:8), y que el reino ya estaba aquí espiritualmente (1 Cor. 4:8). Pabló llamó a eso «palabrerías profanas» (1 Tim. 6:20; 2 Tim. 2:16). Son «palabrerías» porque realmente no hacen sentido (¿dónde está eso en el Antiguo Testamento, y cómo se conforma a la realidad del mundo en la actualidad?). Y son «profanas» porque tratan como trivial aquello que es lo más santo para Dios. Los teólogos gentiles y los filósofos de este siglo pudieran ser considerados «grandes» por la abundancia de sus estudios y escritos pero, ¿que dirá finalmente el Dios de Israel?


John Harrigan
Autor
John es un plantador de iglesias y misiólogo que vive en Columbia, SC con su esposa Lydia y sus cuatro hijos. El viaja y enseña acerca de la Cruz, la gran comisión y el regreso de Jesús. Su sitio web es gospelofchristcrucified.com.