Sesión 4: Israel y la tribulación del fin del siglo
Sesión 4: Israel y la tribulación del fin del siglo
Finalizando con el seminario “¿Por qué Israel?”, hoy presentamos la sesión 4 acerca del periodo de gran tribulación que se aproxima para toda la tierra y para Israel en particular.
En el primer episodio nos hicimos varias preguntas importantes que nos llamaban a reflexionar en cuanto a esto: ¿Cómo debemos responder ante la crisis que se intensifica en las naciones de la tierra, particularmente en Israel y el Medio Oriente? Aún más importante, ¿escucharemos las advertencias de Dios en su Palabra o nos mantendremos indiferentes a la voz de su Espíritu? ¿Cuál será nuestra actitud hacia el pueblo judío según se acerca más y más el tiempo de tribulación y de angustia para Jacob (Jer. 30:7)? ¿Sufriremos con ellos y por ellos o traicionaremos a su Mesías nuestro Señor al ser arrastrados por la violenta corriente de antisemitismo que arropa la tierra? ¿Perseveraremos hasta el fin o abandonaremos al Señor que nos amó hasta la muerte?
Con relación a Su venida y los estremecimientos del fin del siglo, el Señor Jesús le dio una intensa advertencia a Sus discípulos llamándolos a estar “preparados”:
Mateo 24:42–51 “Por tanto, velen (estén alerta), porque no saben en qué día viene su Señor. “Pero entiendan esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. “Por eso, también ustedes estén preparados, porque a la hora que no piensan vendrá el Hijo del Hombre. “¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo? (una advertencia dirigida a los apóstoles, los siervos sobre su casa, para que prepararan a otros discípulos en la fe a la luz de Su venida) “Bendito aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. “De cierto les digo que lo pondrá sobre todos sus bienes (en el siglo venidero). “Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: ‘Mi señor tardará’; y empieza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe, y lo azotará severamente y le asignará un lugar con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes (el lago de fuego).
Es evidente que parte esencial de esa “preparación” es tener una perspectiva bíblica acerca de los tratos de Dios con la nación judía. De esa manera, llenos de fortaleza y entendimiento del Espíritu perseveraremos victoriosamente en medio de las grandes pruebas que ya estremecen a las naciones y que se intensificarán hasta el fin del siglo. Dicho de manera simple, preparación = perspectiva = perseverancia. Nuestra manera de interpretar (entender) lo que ocurre con Israel y con los creyentes en general determinará nuestra manera de actuar y responder a Dios. ¿Pero por qué? Porque la tribulación final de la historia estará centrada principalmente en el pacto de Dios con la nación de Israel, y por implicación esta afectará directamente a quienes hayan puesto su fe en el Dios y el Mesías de Israel.
Deuteronomio 32:34–43 ‘¿No tengo Yo esto guardado conmigo, sellado en Mis tesoros? Mía es la venganza y la retribución; a su tiempo el pie de ellos resbalará (los enemigos de Israel y de Dios), porque el día de su calamidad está cerca (el Día del Señor/Cristo), Ya se apresura lo que les está preparado.’ “Porque el Señor vindicará a Su pueblo (Israel) Y tendrá compasión de Sus siervos, Cuando vea que su fuerza se ha ido, Y que nadie queda, ni siervo ni libre (una tribulación para Israel que lo humillará hasta que queden sin fuerzas). Entonces El dirá: ‘¿Dónde están sus dioses, La roca en que buscaban refugio, Que comían la grasa de sus sacrificios, Y bebían el vino de su libación? ¡Que se levanten y los ayuden! ¡Que sean ellos su refugio! Vean ahora que Yo, Yo soy el Señor, Y fuera de Mí no hay dios. Yo hago morir y hago vivir. Yo hiero y Yo sano, Y no hay quien pueda librar de Mi mano. Ciertamente, alzo a los cielos Mi mano, Y digo: Como que vivo Yo para siempre, Cuando afile Mi espada flameante Y Mi mano empuñe la justicia, Me vengaré de Mis adversarios Y daré el pago a los que Me aborrecen. Embriagaré Mis flechas con sangre, Y Mi espada se hartará de carne, De sangre de muertos y cautivos, De los jefes de larga cabellera del enemigo.’ Regocíjense, naciones (nosotros los gentiles), con Su pueblo (Israel), Porque El vengará la sangre de Sus siervos (después de la gran tribulación); Traerá venganza sobre Sus adversarios, Y hará expiación por Su tierra y Su pueblo.”
- Romanos 15:4-6, 8–13 Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la perseverancia y del consuelo (ánimo) de las Escrituras tengamos esperanza. Y que el Dios de la perseverancia y del consuelo les conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros (entre judíos y gentiles) conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Cristo Jesús. […] Pues les digo que Cristo se hizo servidor de la circuncisión (Israel) para demostrar la verdad de Dios (al pacto), para confirmar las promesas dadas a los padres (Abraham, Isaac y Jacob), y para que los Gentiles glorifiquen a Dios por Su misericordia (amor-leal al pacto), como está escrito: “Por tanto, Te confesaré entre los Gentiles, y a Tu nombre cantaré (ver Sal. 18:46-50).” Y vuelve a decir: “Regocíjense, Gentiles, con Su pueblo.” Y de nuevo: “Alaben al Señor todos los Gentiles, y todos los pueblos Lo alaben. (Sal. 117)” Y a su vez, Isaías dice: “Retoñara la raíz de Isaí (Jesús el Mesías, ver Isa. 11), el que se levanta a regir a los Gentiles; Los gentiles pondrán en El su esperanza (a fin de perseverar en medio de las tribulaciones)” Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Jeremías 30:4-24 Estas son las palabras que el Señor habló acerca de Israel y de Judá: “Porque así dice el Señor: ‘He oído voces de terror, de pánico, y no de paz (suena similar a la situación actual). Pregunten ahora, y vean Si el varón da a luz. ¿Por qué veo a todos los hombres Con las manos sobre sus caderas, como mujer de parto (ver Isa. 13:6–13; 26:16–21; 54:1; 66:6-11; Jer. 49:24-26)? ¿Y por qué se han puesto pálidos todos los rostros? ¡Ay! Porque grande es aquel día (el día del Señor, el contexto de la tribulación), No hay otro semejante a él. Es tiempo de angustia para Jacob, Mas de ella será librado. ‘En aquel día,’ declara el Señor de los ejércitos, (todo esto es parte del evangelio anunciado a Israel por los profetas) ‘quebraré el yugo de su cuello y romperé sus coyundas, y extranjeros no lo esclavizarán más, sino que servirán al Señor su Dios, y a David su rey, a quien Yo levantaré para ellos (el evangelio del reino, este es el consuelo que nos prepara y nos da perspectiva para perseverar). ‘Así que tú no temas, Jacob, siervo Mío,’ declara el Señor, ‘ni te atemorices, Israel; Porque te salvaré de lugar remoto, Y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo Y seguro, y nadie lo atemorizará (no ha habido un solo periodo de la historia, ni después de la reconstrucción del templo, ni del surgimiento de estado de Israel donde esta haya sido la situación en Israel). ‘Porque Yo estoy contigo,’ declara el Señor ‘para salvarte; Pues acabaré con todas las naciones entre las que te he esparcido, Pero no acabaré contigo, Sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te dejaré sin castigo.’ Porque así dice el Señor: ‘Incurable es tu quebranto, Y grave tu herida. No hay quien defienda tu causa; No hay cura para tu llaga, No hay mejoría para ti. Todos tus amantes te han olvidado, Ya no te buscan (los aliados políticos de Israel); Porque con herida de enemigo te han herido, Con castigo de hombre cruel, Por lo grande de tu iniquidad Y lo numeroso de tus pecados. ¿Por qué gritas a causa de tu quebranto? Tu dolor es incurable. Por lo grande de tu iniquidad Y lo numeroso de tus pecados, Te he hecho esto. Por tanto, todos los que te devoran serán devorados, Y todos tus adversarios, todos ellos, irán al cautiverio. Todos los que te saquean serán saqueados, Y a todos los que te despojan los daré al despojo. Porque Yo te devolveré la salud, Y te sanaré de tus heridas,’ declara el Señor, ‘porque te han llamado la Desechada, diciendo: “Esta es Sion, nadie se preocupa por ella.” ’
Así dice el Señor (Dios les proclama el evangelio): ‘Restauraré el bienestar de las tiendas de Jacob, Y tendré misericordia de sus moradas. La ciudad será reedificada sobre sus ruinas (la Nueva Jerusalén), Y el palacio (del Rey/Mesías) se asentará como estaba. Saldrá de ellos el canto de acción de gracias Y la voz de los que se divierten. Los multiplicaré y no disminuirán, Los honraré y no serán despreciados. Y serán sus hijos como antes, Su congregación delante de Mí será confirmada, Y castigaré a todos sus opresores. Uno de ellos será su guía, De en medio de ellos saldrá su gobernante (el Mesías Jesús). Lo haré acercarse y él se llegará a Mí; Porque ¿quién se atrevería a arriesgar su vida para llegarse a Mí?’ declara el Señor. ‘Ustedes serán Mi pueblo, Y Yo seré su Dios (la ratificación y confirmación del pacto eterno/ nuevo pacto).’” La tempestad del Señor Ha salido con furor; Una tempestad devastadora Descargará sobre la cabeza de los malvados. La ardiente ira del Señor no se aplacará Hasta que haya hecho y cumplido Los propósitos de Su corazón (lo cual ocurrirá en el Día del Señor, Apo. 6:16-17). En los postreros días ustedes entenderán esto.
- Mateo 24:6–9 “Ustedes van a oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No se alarmen, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin. “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. “Pero todo esto es sólo el comienzo de dolores. “Entonces los entregarán a tribulación, y los matarán, y serán odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
- 1 Tesalonicenses 5:1–3 Ahora bien, hermanos, con respecto a los tiempos y a las épocas, no tienen necesidad de que se les escriba nada. Pues ustedes mismos saben perfectamente que el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche; que cuando estén diciendo: “Paz y seguridad,” entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán.
Daniel 12:1–7 “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo (Israel). Será un tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existen las naciones hasta entonces (claramente la referencia a la resurrección de los muertos en el verso 2 demuestra que el contexto de este tiempo de angustia sin precedentes es el fin del siglo). Y en ese tiempo tu pueblo será librado (el evangelio y la razón de regocijo mencionada en Deu. 32:43 y Rom. 15:10), todos los que se encuentren inscritos en el libro. “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna (la primera resurrección), y otros para la ignominia, para el desprecio eterno (la segunda resurrección, ver Apo. 20:4-6). “Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad. “Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará.” Entonces yo, Daniel, miré, y vi que otros dos estaban de pie, uno a este lado del río, y el otro al otro lado del río. Y uno de ellos dijo al hombre vestido de lino que estaba sobre las aguas del río: “¿Para cuándo será el fin de estas maravillas?” Y oí al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, que levantando su mano derecha y su mano izquierda al cielo, juró por Aquél que vive para siempre, que será por tres años y medio (un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo). Y cuando se termine la destrucción del poder del pueblo santo (Israel, ver Deut. 32:36), se cumplirán todas estas cosas.
Indudablemente Dios disciplinará a Su primogénito (Israel, Exo. 4:22) y al resto de Sus hijos (creyentes gentiles). ¿De qué otra manera seríamos hijos legítimos (Heb. 12:3-13)? Por eso es importante reconocer que todos los creyentes estaremos presentes durante la gran tribulación ya que la reunión (rapto) de los escogidos ocurrirá “después” de este periodo.
Mateo 24:20–31 “Oren para que la huida de ustedes no suceda en invierno, ni en día de reposo. “Porque habrá entonces una gran tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, ni acontecerá jamás. “Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. “Entonces si alguien les dice: ‘Miren, aquí está el Cristo’ o ‘Allí está,’ no lo crean. “Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos. “Vean que se lo he dicho de antemano. “Por tanto, si les dicen: ‘Miren, El está en el desierto,’ no vayan; o ‘Miren, El está en las habitaciones interiores,’ no les crean. “Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre. “Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres. “Pero inmediatamente después de la tribulación de esos días, el sol se oscurecera, la luna no dara su luz, las estrellas caeran del cielo y las potencias de los cielos serán sacudidas. “Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre; y todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. “Y El enviará a Sus ángeles con una gran trompeta y reunirán a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.
- Jeremías 29:11–14 ‘Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes,’ declara el Señor ‘planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza. ‘Ustedes me invocarán y vendrán a rogarme, y Yo los escucharé. ‘Me buscarán y Me encontrarán, cuando Me busquen de todo corazón. ‘Me dejaré hallar de ustedes,’ declara el Señor, ‘y restauraré su bienestar (haré volver a sus cautivos) y los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los expulsé,’ declara el Señor, ‘y los traeré de nuevo al lugar desde donde los envié al destierro.’
- Ezequiel 11:17 “Por tanto di: ‘Así dice el Señor Dios: “Yo los recogeré de entre los pueblos y los reuniré de las tierras entre las cuales han sido dispersados, y les daré la tierra de Israel.” ’
Lucas 21:20–28 “Pero cuando ustedes vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan entonces que su desolación está cerca. “Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella. “Porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. “¡Ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad sobre la tierra, e ira para este pueblo. “Caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones. Jerusalén será pisoteada por los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles se cumplan. “Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas, desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas. “Entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria. “Cuando estas cosas empiecen a suceder, levántense y alcen la cabeza, porque se acerca su redención.”
1 Tesalonicenses 4:13–18 Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen (que han muerto), para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios traerá con El a los que durmieron (murieron) en Jesús. Por lo cual les decimos esto por la palabra del Señor: que nosotros los que estemos vivos y que permanezcamos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron (murieron). Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero. Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre. Por tanto, confórtense (aliéntense) unos a otros con estas palabras.
- Ezequiel 37 La mano del Señor vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del Señor, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos. El me hizo pasar en derredor de ellos, y vi que eran muchísimos sobre la superficie del valle; y estaban muy secos. Y me preguntó: “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?” Y yo respondí: “Señor Dios, Tú lo sabes.” Entonces me dijo: “Profetiza sobre estos huesos, y diles: ‘Huesos secos, oigan la palabra del Señor.’ “Así dice el Señor Dios a estos huesos: ‘Voy a hacer que en ustedes entre espíritu, y vivirán. ‘Y pondré tendones sobre ustedes, haré crecer carne sobre ustedes, los cubriré de piel y pondré espíritu en ustedes, y vivirán; y sabrán que Yo soy el Señor.’ ” Profeticé, pues, como me fue mandado; y mientras yo profetizaba hubo un ruido, y luego un estremecimiento, y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. Y miré que había tendones sobre ellos, creció la carne y la piel los cubrió, pero no había espíritu en ellos. Entonces El me dijo: “Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y dile al espíritu: ‘Así dice el Señor Dios: “Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.” ’ ” Y profeticé como El me había ordenado, y el espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército. Entonces El me dijo: “Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos dicen: ‘Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos.’ “Por tanto, profetiza, y diles: ‘Así dice el Señor Dios: “Voy a abrir sus sepulcros y los haré subir de sus sepulcros, pueblo Mío, y los llevaré a la tierra de Israel. “Y sabrán que Yo soy el Señor, cuando abra sus sepulcros y los haga subir a ustedes de sus sepulcros, pueblo Mío. “Pondré Mi Espíritu en ustedes, y vivirán, y los estableceré en su tierra. Entonces sabrán que Yo, el Señor, he hablado y lo he hecho,” declara el Señor.’ ” Y vino a mí la palabra del Señor: “Tú, hijo de hombre, toma una vara y escribe en ella: ‘Para Judá y para los Israelitas, sus compañeros.’ Toma luego otra vara y escribe en ella: ‘Para José, la vara de Efraín, y para toda la casa de Israel, sus compañeros.’ “Júntalas la una con la otra en una sola vara para que sean una sola en tu mano. “Y cuando los hijos de tu pueblo te pregunten: ‘¿No nos explicarás qué quieres decir con esto?’ diles: ‘Así dice el Señor Dios: “Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín, y las tribus de Israel, sus compañeros; las pondré con aquélla, con la vara de Judá, y las haré una sola vara, y serán una en Mi mano.” ’ “Las varas en que escribas estarán en tu mano a la vista de ellos, y diles: ‘Así dice el Señor Dios: “Voy a tomar a los Israelitas de entre las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su propia tierra. “Y haré de ellos una nación en la tierra, en los montes de Israel; un solo rey será rey de todos ellos; nunca más serán dos naciones, y nunca más serán divididos en dos reinos. “No se contaminarán más con sus ídolos, ni con sus abominaciones, ni con ninguna de sus transgresiones; sino que los libraré de todos los lugares en que pecaron y los limpiaré. Y ellos serán Mi pueblo y Yo seré su Dios. “Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; andarán en Mis ordenanzas y guardarán Mis estatutos y los cumplirán. “Habitarán en la tierra que di a Mi siervo Jacob, en la cual habitaron sus padres; en ella habitarán ellos y sus hijos, y los hijos de sus hijos para siempre; y Mi siervo David será su príncipe para siempre. “Haré con ellos un pacto de paz; será un pacto eterno con ellos. Y los estableceré, los multiplicaré y pondré Mi santuario en medio de ellos para siempre. “Mi morada estará también junto a ellos, y Yo seré su Dios y ellos serán Mi pueblo. “Y las naciones sabrán que Yo, el Señor, santifico a Israel, cuando Mi santuario esté en medio de ellos para siempre.” ’ ”
2 Tesalonicenses 2:1–8 Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con El, les rogamos, hermanos, que no sean sacudidos fácilmente en su modo de pensar, ni se alarmen, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera de nosotros, en el sentido de que el día del Señor ha llegado. Que nadie los engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición. Este se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No se acuerdan de que cuando yo estaba todavía con ustedes les decía esto? Ustedes saben lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que aquél que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Entonces será revelado ese impío (sin ley), a quien el Señor matará con el espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor de Su venida.
¡¡¡El llamado a la perseverancia!!!
Hechos 14:21–22 Después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.”
Romanos 5:3–5 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce perseverancia; y la perseverancia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.
Apocalipsis 13:7, 9–10 Se le concedió hacer guerra contra los santos y vencerlos. Y se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. […] Si alguno tiene oído, que oiga. Si alguien es destinado a la cautividad, a la cautividad va; si alguien ha de morir a espada, a espada ha de morir. Aquí está la perseverancia y la fe de los santos.

Henry Bruno
Coordinador y maestro
Henry es un discípulo de Jesús, esposo de Aneliz y padre de cuatro hermosas hijas. Su pasión es hacer discípulos que estén firmes en el evangelio, dando testimonio de la verdad y preparados para recibir a Jesús de los cielos al perseverar en fe, esperanza y amor hasta el fin del siglo. Actualmente se encuentra en el Medio Oriente donde sirve al Señor junto a su familia. Pueden contactarlo a [email protected].