¿Que es la teología de reemplazo?
La teología de reemplazo – también llamada supersesionismo y teología de cumplimiento – es un paradigma de las Escrituras (especialmente del Nuevo Testamento) que interpreta a la iglesia del Nuevo Testamento como un reemplazo, realización o terminación de las promesas hechas a la nación de Israel en el Antiguo Testamento. Históricamente, este punto de vista creció a la par de la disminución del liderazgo judío en la iglesia durante los primeros dos siglos después de la ascensión de Jesús.
La razón por la que escribo este blog es porque he escuchado a muchas personas, inclusive a líderes, queriendo alejarse de la teología del reemplazo en estos días. Definitivamente, eso es algo muy bueno pero me parece que hay poco entendimiento acerca de lo que es la teología de reemplazo. Esto tiende a conducir a una dinámica en los púlpitos en la que por un lado negamos el creer en tales doctrinas, mientras que por el otro las afirmamos por la manera en que predicamos las Escrituras.
El tema de la «sustitución» no sólo se trata de las personas que heredan las promesas, sino también de la naturaleza misma de esas promesas.
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. (Rom. 11:25)
Pablo le explicó a la iglesia en Roma – durante un tiempo en que hubo una mezcla compleja de judíos y gentiles – que la interpretación incorrecta acerca de las circunstancias que rodeaban a la nación de Israel durante ese tiempo resultaría en arrogancia para los creyentes gentiles.
Para cualquiera que esté familiarizado con el Antiguo Testamento es evidente que Israel no está experimentando actualmente nada ni remotamente parecido a lo que ahí se les prometió. Eso nos presenta un dilema. O esperamos un cumplimiento futuro y literal de las promesas, o las redefinimos de alguna manera a fin de mantener un sentido de cumplimiento y realización ya que no nos gusta vivir en la tensión de la espera.
Como mencioné anteriormente, esta decisión fue tomada en el segundo y tercer siglos, cuando el liderazgo judío en la iglesia estaba siendo reemplazado por el liderazgo gentil. Un hito importante en el desarrollo histórico de la dominación de la teología de reemplazo dentro de la Iglesia ocurrió en el tercer siglo con una escuela que se formó en Alejandría, Egipto. Bajo la dirección de Orígenes, esta escuela bíblica enseñaba una mezcla de la filosofía griega y la Biblia, impulsada principalmente por una interpretación alegórica («espiritual» o simbólica) de la Escritura. Antes de la formación de esta escuela, no había métodos alternativos de interpretación de las Escrituras del Antiguo Testamento en la comunidad cristiana – sólo la interpretación literal. (Aunque Filón [20 aC – 50 dC] – un filósofo judío que también vivió en Alejandría – también enseñó este método alegórico para interpretar el Antiguo Testamento, no hay evidencia de que antes de Orígenes estas enseñanzas fueran de impacto dentro de la comunidad cristiana.)
Esta hermenéutica (o método de interpretación de la Biblia) fue el precursor de la teología de reemplazo – y como dijo Pablo, los cristianos gentiles se hicieron «sabios en su propia opinión» (Rom. 11:25). Sión, Israel y Jerusalén se convirtieron en términos que se refieren al pueblo redimido de Dios en general, más que tratarse de un lugar geográfico literal en el Medio Oriente. Moab, Egipto, Asiria, Persia, Babilonia fueron entendidos simplemente como los enemigos espirituales del Israel espiritual.
La conclusión lógica del método alegórico de interpretación fue que los «hijos» de Israel eran simplemente los hijos espirituales que han «nacido de nuevo» en el nuevo pacto. (Por supuesto, esto ignora el hecho de que el Nuevo Pacto fue prometido al pueblo judío, ver Jer. 31:31). Así que, en realidad, la teología de reemplazo no es una inserción casual de su nombre en lugar de Israel al interpretar las bendiciones que les fueron prometidas. Más bien es una manifestación externa de un problema mayor: la «espiritualización» de las Escrituras para que estas giren en torno a mi existencia y no la del Mesías judío. Ni tampoco en torno al corazón fiel de Dios quien seguramente cumplirá cada promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob.
Espero que esto presente el argumento de manera un poco diferente. No se trata simplemente de una reinterpretación del pueblo, sino de las promesas mismas. De la única manera en que la teología de reemplazo (o cualquiera de las diversas escuelas de interpretación de su tipo) pudiera funcionar en el mundo real es al también reinterpretar las promesas. Por lo tanto, no sólo vemos que Sión significa la iglesia, sino que ahora las promesas de liderazgo, riqueza, influencia y bendición también tienen que ser espiritualizadas. Lógicamente esto implica que el ‘pueblo’ espiritual herede promesas espirituales.
Ezequiel 37 es un ejemplo muy común. El Señor, visitando a Ezequiel, le muestra el momento en el futuro cuando los justos serán resucitados de la tumba. Esta era una expectativa común, claramente explicada en la ley y los libros proféticos (ver Dan. 12:2-3, Is. 26:19, Heb. 6:4, Rom. 8:23). La resurrección de los muertos es un evento claramente profetizado en el Antiguo y Nuevo Testamentos, cuando el Mesías volverá a la tierra y resucitará los cuerpos de los santos. Ese será el momento en que la muerte será abolida y la creación restaurada.
Claramente, Ezequiel 37 es una referencia a este evento, y Ezequiel entiende perfectamente su experiencia de esa manera. Intérpretes alegóricos usan este pasaje como una promesa arbitraria de que Dios levantará a las personas que están espiritualmente muertas a fin de avivarlas espiritualmente. Así, otra promesa hecha a Israel se reinterpreta no sólo como siendo acerca de nosotros, sino como siendo algo totalmente distinto. Este es el verdadero problema con la interpretación alegórica de la Escritura. Nos da permiso para alterar la esperanza bíblica y convertirla en otra esperanza de nuestra propia imaginación. De esta manera llegamos a ser sabios en nuestra propia opinión (Rom. 11:25).
La insistencia de interpretar a «Israel» como Israel puede parecer trivial hasta que uno se da cuenta de que todas las promesas tienen que ser reinterpretadas al mismo tiempo. Comprendo que para algunos esta es una píldora difícil de tragar, pero prefiero la verdad aunque sea costosa antes de creer una mentira barata. Al final, sólo lo que es verdadero importará en ese Día.

Bill Scofield
Coordinador y maestro
Bill es un maestro de la Biblia, esposo y padre de cinco hijos y una hija. El y su esposa Charis ayudan a supervisar The Watch (La Vigilia) – una comunidad de creyentes dedicados a la oración en Redding, California. Como hijo de misioneros Bill vivió en Guatemala por muchos años y por eso tiene un gran amor por Latinoamérica. Su ministerio se enfoca en preparar a otros para el Día del Señor y su Reino venidero por medio de la enseñanza de la Biblia, el discipulado y las misiones. Pueden visitar su sitio billscofield.com o contactarlo a [email protected].